Los nacidos en Sagitario son conocidos por su buen sentido del humor, más allá de que no estén pasando por un buen momento, un sagitariano de ley siempre regala optimismo y buena onda. Sin embargo, eso no significa que no sufre, muy por el contrario es un signo sensible y cómo tal vive todo a flor de piel. Digamos que este signo le hace honor a la frase que dice “la procesión va por dentro”, y todo el esfuerzo que es capaz de hacer por mantener una buena energía es bien recibido y valorado por los demás.
Lo que ilumina y alegra la vida de un sagitariano
Sagitario es un signo muy modesto y uno de los más humildes de todo el zodíaco. Él no tiene problemas en aceptar sus errores y se siente feliz si puede aprender de ellos. Es muy intelectual y analítico, y por eso logra alcanzar un alto umbral de sabiduría, especialmente cuando ya peinan canas. Es en esa etapa en la que Sagitario se presenta con mucha luz y muy buena vibra, pues ha adquirido el conocimiento y la madurez suficiente. Además como es un signo que le gusta comprender en profundidad cuando se relaciona con los demás, se preocupa de que la comunicación sea clara y efectiva.
Esto genera una muy buena receptividad del otro lado que afianza la relación. Amante de la libertad y de las aventuras, los sagitarianos se sienten muy pleno y llenos de luz interior cuando pueden viajar y conocer. Con cada nuevo destino y ante cada nueva persona que conocen sienten que tienen en su poder la oportunidad única de descubrir algo único. Llegan frecuentemente a estados espirituales muy elevados y cultivan una rica vida interior.
La oscuridad que acecha a Sagitario
Si hay algo que no le gusta a un sagitariano y lo llega a poner realmente incómodo es sentirse atado a algo. Cuando siente amarras que lo atan ya sea a situaciones, o a lugares o a personas, es dónde Sagitario pierde el control. A su vez cuando la sensación de descontrol comienza a invadir su optimista y alegre espíritu es cuando “se le viene la noche”. Es frecuente encontrar a sagitarianos bloqueados y casi aterrorizados cuando no pueden moverse con libertad. En el caso de las relaciones de pareja, si llegan a encontrarse sin espacio o sienten que sus tiempos no son respetados, es probable que salgan huyendo.
En el plano laboral, un fantasma que suele acechar a Sagitario es el alto grado de compromiso. Cuando una actividad o un proyecto laboral le son planteados con un gran nivel de exigencia y se le pide una alta velocidad de respuesta, Sagitario suele reaccionar mal. Aunque lo racionalice e intente manejar la situación, Sagitario no es un signo que pueda prestar y mantener un alto grado de atención por mucho tiempo. A él le fastidia tener que preocuparse por detalles y por aspectos minuciosos, por lo que a la larga terminará abandonando todo. El fracaso laboral está siempre en la puerta de Sagitario, y el eso lo tiene muy presente.