La principal característica de un Piscis es su forma de vivir espontánea, sin rumbo fijo, como si el momento fuera lo único que tuviera importancia. Son impuntuales, porque la noción del tiempo escapa de su comprensión. Viven, además, sumergidos en diversas actividades bohemias, alcoholizados o drogados, ajenos a lo que ocurre en el mundo real. Se hunden con mucha facilidad en sus propios sueños y alucinaciones y dan la apariencia de que nada les importa. Hasta que se los ve sirviendo a los menesterosos, dando la vida por los menos privilegiados, empatizando con el sufrimiento de la humanidad.
La indiferencia en los ojos de Piscis
Ganarse a un Piscis es una de las labores más sencillas, son dóciles y maleables, se pliegan a cualquier causa sin oponer la menor resistencia. En el trabajo aceptan sin objeciones las órdenes de los jefes y realizan los encargos con creatividad, quizá demasiada, tan fuera de los convencionalismos que sus obras son rechazadas por ser poco prácticas. En contraste con un artista cualquiera, a quien la inspiración lo visita durante momentos privilegiados, pareciera que Piscis vive continuamente inspirado. Y es que, en realidad, él vive de continuo fuera de este mundo, con sus pensamientos titilando más allá de las preocupaciones mundanas.
En este planeta casi todo carece de valor para Piscis, el poder, la riqueza, la posición social, nada de todo esto tiene la menor importancia para él. Y no es que sean tontos o padezcan de algún tipo de autismo que les haga vivir fuera de la realidad, en realidad tienen su conciencia espiritual más desarrollada que el común de los mortales. Nada en este mundo prevalece, el tiempo de la vida es limitado, todos son iguales en la muerte, son pensamientos que parecen resonar en su mente, sin mayor interés por hacérselo saber al resto, a menos que las circunstancias lo impulsen a ello de manera natural.
Lo material: ¿esencial en Piscis?
El vivir de este modo produce el inconveniente de que Piscis se pierde de mucha cosas. La naturaleza humana es lucha por la subsistencia, satisfacción de necesidades, disfrute del fruto de los esfuerzos. Y aunque últimamente se hayan creado tantos deseos artificiales que esta característica humana a perdido su sentido, en el fondo no podemos escapar a ellas, y quizá, después de todo, una parte de la felicidad se halle en lo material; muchos podrán disentir con esta perspectiva, pero la vida relajada de Piscis puede requerir de otros incentivos.
Después de todo, quizá sea en lo mundano que Piscis consiga la felicidad que tanto le hace falta. Mientras a muchos de nosotros nos hace falta ser más como Piscis, éste necesita ser más como nosotros. Si hay reglas que respetar las respeta, si hay prohibiciones las acata, si la gente va hacia un lado y le piden que vaya con ellos, Piscis lo hace sin mayores problemas, se deja arrastrar por las con gesto indiferente y sereno. El hecho de que sea simbolizado por dos peces que nadan en direcciones contrarias indica que, durante su vida, irá hacia un lado o hacia el otro, pero de ningún modo hacia un objetivo claro.