Desde que el mundo es mundo la forma de criar a los hijos ha sido un motivo de atención para educadores y sobre todo, para padres. La astrología puede contribuir a la educación individual de cada uno de sus hijos, en especial durante los primeros años de vida, ofreciéndoles las características principales de su personalidad.
Sabiendo cómo es un hijo según su signo zodiacal, será más sencillo que mamá y papá puedan manejar con sutileza su conducta, comprenderlo y escoger los métodos apropiados que, junto con su amor y su dedicación, podrán hacer de él un buen adulto, sereno, feliz, sin complejos y expresivo.
Preste atención; con la información que le brinda la astrología le será mucho más fácil moldear positivamente -sin reprimir sus características naturales- la conducta y el futuro de su hijo.
Tauro
Son chicos algo taciturnos, tranquilos y analíticos, que suelen buscar el fondo de todas las cuestiones. Los papás deben responder a sus preguntas e inquietudes en todo momento y de manera completa: de esta forma serán respetados y hasta generaran admiración. Son chicos algo empecinados y, cuando algo les genera interés, suelen llegar hasta el final, jamás lo abandonan. Además, necesitan estar ocupados –en pintura, juegos para armar, libros interesantes, manualidades, dibujos-, con lo cual sus ideas surgirán en un contexto de libertad. Atención, papás: no se les debe exigir nada. Lo mejor, es sugerirles. Así se logrará todo de ellos.
Leo
Suelen ser tan ruidosos como los pequeños de Aries, sentir curiosidad como los niños de Géminis, pero a su vez son imperativos y exigentes. Tienen un enorme corazón. Si alguien sufre o está enfermo, los leoncitos son capaces de cualquier cosa para ayudar. Pero al recibir órdenes puede surgir algún problema: se convierten en verdaderos diablos.
Los padres deben apelar al buen corazón de estos pequeños nativos, con el fin de que cumplan con sus tareas. Además, deberán explicarles la necesidad de las formas en cada proceder. Castigos y gritos entre otros maltratos generarán rebelión en ellos. Sin embargo, los castigos sensatos y aplicados con sentido de camaradería pueden lograr que ellos reflexionen y obedezcan.