Los dioses míticos del olimpo tienen que ver y mucho con la astrología y como consecuencia, con los signos zodiacales. En este caso Júpiter es quien envía los mensajes que recoge el planeta Mercurio y los traslada a sus regidos, los signos de Géminis y Virgo, pero hay mucho más detrás de esta historia antigua, que la mitología se ha encargado de pasar de generación en generación hasta nuestros días. Es que el planeta, en su recorrido rápido y furioso, logra en tan solo 87 días llevar los mensajes a todos los nativos de estos signos, permitiendo a las personas comprender mediante estas misivas, muchas de las cosas que les suceden en el día a día, como buscando a través de los astros la explicación de su suerte y su desdicha.
Mercurio, enlace divino entre la tierra y el cielo
En los hechos, Mercurio trabaja como enlazando los mensajes divinos con los habitantes de nuestro planeta, en una especie de ida y vuelta sin pausa como oficiando de protector a quienes viajan, a quienes están en constante movimiento por su trabajo. Es que la materia circula de una forma u otra, mediante la trasmisión de los pensamientos y los conocimientos entre unos y otros, entre generaciones y entre culturas que poco a poco van entendiendo los mensajes de los dioses.
Júpiter se encarga, recorriendo el mundo con la velocidad de sus sandalias aladas, de que esto llegue a destino, enseñando lo que sabe y permitiendo conocer al ser humano, los códigos más remotos de la sabiduría divina. A su vez, permite que aprendamos a expresarnos, a razonar como nunca lo hemos hecho, pero atención, porque a veces demasiada información toda junta nos puede llevar a perder los cabales al no comprender todo a la vez y querer acapararlo todo descontrolando nuestra mente y cuerpo.
Mercurio en Géminis y Virgo: las etapas de la vida
De la misma forma que Mercurio simboliza la intelectualidad e inteligencia de las personas, también marca una etapa de su vida más que otra. Así como la luna representa la infancia desde que somos pequeños e incluso también la vejez, Mercurio se adentra en la adolescencia, esa etapa donde todos nos estamos adaptando a grandes cambios y donde la comunicación a veces se torna más difícil. Es aquí donde aparece Júpiter a enseñarnos la mejor forma de tender puentes, vías de comunicación con nuestros pares y va disipando cualquier duda que podamos tener en esta edad tan compleja.
Con Géminis, Mercurio se encarga de enseñar lo mejor de los dioses, su sabiduría transmitiendo todos sus conocimientos, pero a la vez por momentos se vuelve disperso. Sin embargo, con Virgo se torna más analítico, enseña a sus nativos a razonar y entender paso a paso. De todos modos, en todos los casos fomenta el talento para la escritura, la comunicación vía oral y les dota de un humor incorregible, capaz de hacer reír al mas serio y divertir al más aburrido.